lunes, 14 de mayo de 2012

Tiempo de reformas

Los sindicatos son malísimos, unos obreros vagos que no quieren trabajar se montan el chiringuito. Así dicen desde los medios de comunicación más recalcitrantes de la derecha.
Pero después de estos datos que os paso, creo que existe otra especie de personajillos: los empresarios malos, los que todo lo que tocan lo convierten en mierda o en concurso de acreedores. Esto también se puede escuchar por algún ambiente 15M, antes llamado 0.7%.

 En fin, esto lo único que demuestra es que de todo hay en todos los lados. Y que cuando uno dice, a la ligera, que todos los sindicalistas son unos vagos, es tan ignorante como el que dice que todos los empresarios son unos explotadores. Quien hace afirmaciones tan categóricas corre el riesgo de equivocarse tanto, como el que las asume como propias, de tal forma que se pierde la credibilidad del discurso y se convierte en fanatismo.
Moderación hermanos, moderación.

A las subvenciones de las grandes centrales sindicales (ugt, cc.oo y csif) ahora se unen las de las asociaciones empresariales (Cepyme y Coe, entre otras), y mañana asistiremos a la aportación millonaria a los cocineros de élite para mantener las dichosas estrellas en el cielo.

No se si es que me estoy haciendo un poco liberal o qué, pero creo que con la que está cayendo, ya dentro de unos meses, el Gobierno podría empezar a pensar un una reforma de lo SUBVENCIONABLE. Es decir, que tanto los sindicatos, como las asociaciones empresariales, culinarias y eclesiásticas, vayan haciendose a la idea de que el grifo se va a cerrar, y que cada "agente social" se procure su financiación entre sus "feligreses". Así, no habría tanto sindicalista aprovechado, que los que queden, sean por que realmente así lo sienten, y cada logro sindical sea de aplicación a los obreros y obreras sindicadas, y el resto por la legislación general. Y así obtendríamos unas justihuelgas, donde el obrero que hace huelga pierde su salario, pero si de la huelga se consigue una mejora laboral, se aplique a ese trabajador (que supongo esté sindicado).
Lo mismo sucede con las asociaciones empresariales, no es necesario extenderse, simplemente si se quieren asociar que lo hagan, que paguen una cuota y a funcionar.
De los cocineros, pues que queréis que os diga, ayer fue Francia, hoy toca a España y mañana a Finlandia, por decir algo.
Por último, de la iglesia. Si la fe mueve montañas, pues que las mueva, pero el dinero público no es fe, así que paguen el IBI, por no decir la Seguridad social de todos sus empleados y empleadas. 

2 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo
    hay muchos organismos, asociaciones, entidades privadas a las que todavia no se han realizado ajustes; ¿por cual empezaran?

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  2. Cierto, y además de realizar ajustes económicos, hay que plantearse realizar ajustes de concepto. Los agentes sociales dejan de ser objetivos en tanto en cuanto son subvencionados. Otras asociaciones no podrán ser competitivas si son subvencionadas. Y por último, es cuestión de justicia social, que las organizaciones religiosas se integren en igualdad dentro del sistema, sin privilegios.

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